A nadie le sorprende la campaña que hoy por hoy se realiza en Estados Unidos para el lanzamiento de la candidatura a presidente de Al Gore, el ambientalista de nuestros tiempos. El ex vicepresidente del gobierno de Bill Clinton y ahora vocero del mundo en el tema "cambio climático", se las jugaría al 100% en las elecciones que vienen. Está en su mejor momento, sin duda es su mejor momento. Después de su gira por los cinco continentes fue catapultado inmediatamente a la altura de los grandes del mundo y además, el recien pasado 12 de Octubre recibió el Premio Nóbel de la Paz.
En fin, el mismo Al Gore no ha emitido comentarios al respecto. Ni si, ni no.
Lo más complicado de este tema es que, elegir a un presidente ambientalista, obviamente es un contra hacia la economía de este país. Por así decirlo, Estados Unidos necesita contaminar. Si no lo hace, no sería el mismo. Por alguna razón se ven totalmente irreversible los daños ambientales que han provocado los cambios climáticos en el mundo. Así es la cosa, aunque busquemos o queramos lo contrario.
Es chistoso, un ex-político que llega a la fama por hablar de lo que todos sabemos. Solo es un vocero, sin menospreciar su trabajo y ayuda al mundo.
Salvemos al mundo, o intentemoslo. Ese es el mensaje. Después de todo, más que salvar a la Tierra donde vivimos, es salvar a nuestras próximas generaciones, nuestros hijos, nietos y bisnietos. No les entregemos a ellos el mundo que justamente nosotros evitamos.